Una villa medieval en el Caribe: Altos de Chavón

Me interesó la posibilidad de navegar el río Chavón. Es grande la tentación de embarcarse en el River Princess, un barco de vapor réplica de los que navegaban por el Mississippi en el siglo XIX. Como los que suelen verse en las películas, con ruedas de palas y humeantes chimeneas. El crucero fluvial dura aproximadamente una hora y media que se disfrutan plenamente entre el paisaje y el refrigerio a bordo.

Al navegar por el río Chavón se descubre la densidad biológica. El avance del barco acerca la exuberancia del trópico que se apodera de las montañas del interior y desciende acompañando a los cursos de agua en busca del caribe.

Se dice que Cristóbal Colón calificó estos paisajes como las más hermosas y mejores tierras del mundo. Lentamente el barco se introduce en la virginidad de este paisaje que ha sido aprovechado por la industria cinematográfica para rodar escenas de Apocalypse Now y King Kong, entre otras. 

Ante este santuario vegetal, la intervención del hombre se limita a los Altos de Chavón, un capricho de Charles Bludhorn, presidente de la multinacional Golf & Western en los años 70, materializado por el arquitecto dominicano José Antonio Caro y el diseñador italiano Roberto Copa. Ambos recrearon una pequeña ciudad del Renacimiento en medio de un jardín tropical, una obra inspirada arquitectónicamente en las villas mediterráneas del siglo XVI. 

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Artesanos y artistas viven y trabajan en esta villa, principal atracción cultural de la región. En ella también funciona una importante escuela de diseño. Este curioso enclave alejado de su tiempo y de su cultura, es muy conocido en toda la República Dominicana por las actuaciones de los grandes divos de la música internacional en su teatro al aire libre. Por allí pasaron artistas como Frank Sinatra, Santana, Sting, Plácido Domingo, Andrea Bocelli, Heart, Air Supply y muchos más.

Además de la actividad cultural, se puede disfrutar de bares y restaurantes que desde las alturas ofrecen vistas al río Chavón.