La mejor temporada para tu viaje

República Dominicana nos brinda un clima tropical donde prácticamente todo el año es verano. Por eso es difícil distinguir una temporada baja. Durante todo el año la temperatura varía en un rango de 25° a 31° C. Un día típico puede tener pleno sol o una combinación de sol y nubes.

La temporada más “fría” es entre noviembre y abril, y las mayores temperaturas se dan de mayo a octubre.

Una buena opción, que combina buen clima y precios no tan altos, es la temporada que va desde fines de septiembre a fines de noviembre. Algunos aconsejan que es mejor viajar a fines de noviembre ya que suele llover menos.

De todos modos es bueno comparar precios de paquetes para distintas épocas del año para encontrar el que mejor se ajusta a nuestro presupuesto. Y es importante tener en cuenta que, más allá del clima y la temporada, el precio de los paquetes varía según cuanto tiempo antes de viajar lo saques. Lo mismo ocurre con los vuelos que, cuanto antes los compres, encontrás tarifas más económicas.

Una villa medieval en el Caribe: Altos de Chavón

Me interesó la posibilidad de navegar el río Chavón. Es grande la tentación de embarcarse en el River Princess, un barco de vapor réplica de los que navegaban por el Mississippi en el siglo XIX. Como los que suelen verse en las películas, con ruedas de palas y humeantes chimeneas. El crucero fluvial dura aproximadamente una hora y media que se disfrutan plenamente entre el paisaje y el refrigerio a bordo.

Al navegar por el río Chavón se descubre la densidad biológica. El avance del barco acerca la exuberancia del trópico que se apodera de las montañas del interior y desciende acompañando a los cursos de agua en busca del caribe.

Se dice que Cristóbal Colón calificó estos paisajes como las más hermosas y mejores tierras del mundo. Lentamente el barco se introduce en la virginidad de este paisaje que ha sido aprovechado por la industria cinematográfica para rodar escenas de Apocalypse Now y King Kong, entre otras. 

Ante este santuario vegetal, la intervención del hombre se limita a los Altos de Chavón, un capricho de Charles Bludhorn, presidente de la multinacional Golf & Western en los años 70, materializado por el arquitecto dominicano José Antonio Caro y el diseñador italiano Roberto Copa. Ambos recrearon una pequeña ciudad del Renacimiento en medio de un jardín tropical, una obra inspirada arquitectónicamente en las villas mediterráneas del siglo XVI. 

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Artesanos y artistas viven y trabajan en esta villa, principal atracción cultural de la región. En ella también funciona una importante escuela de diseño. Este curioso enclave alejado de su tiempo y de su cultura, es muy conocido en toda la República Dominicana por las actuaciones de los grandes divos de la música internacional en su teatro al aire libre. Por allí pasaron artistas como Frank Sinatra, Santana, Sting, Plácido Domingo, Andrea Bocelli, Heart, Air Supply y muchos más.

Además de la actividad cultural, se puede disfrutar de bares y restaurantes que desde las alturas ofrecen vistas al río Chavón.

Cuevas Fun Fun

Las Cuevas Fun Fun, ubicadas en la provincia de Hato Mayor cerca de La Romana y de San Pedro de Macoris, son una buena alternativa para los amantes de la aventura. 

La excursión por las cuevas comienza con un desayuno de frutas tropicales. Luego el visitante deberá cambiar su vestimenta por una más adecuada para la actividad. 

Después de un breve entrenamiento, comienza la primer parte del recorrido con una cabalgata hasta la base de unas rocas calizas de origen coralino. Luego se continúa a pie a través de un bosque húmedo que se entremezcla con pequeñas montañas cónicas formando un ecosistema de gran diversidad biológica. 

Se llega hasta una pequeña fisura que es una de las chimeneas del complejo cavernario. Aquí aumenta la emoción al hacer un descenso en rapel desde 20 metros al interior de la cueva.

La cueva por dentro

Ya dentro de la cueva, se recorren túneles y corredores subterráneos. El paisaje ahora está formado por estalactitas y estalagmitas, coladas, columnas y cristales creados por el efecto del agua en la disolución de la roca caliza. 

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Cuando el agua cubre los pies, es señal que estamos recorriendo un río subterráneo que lleva a un pequeño túnel. Es posible atravesarlo a pie o, los más aventureros  podrán cruzarlo ¡a nado! ¿Alguna vez pensó que iría al Caribe a nadar dentro de una cueva?

Si aun no le pareció suficiente, hay que agregar que la cueva está poblada por un sinnúmero de murciélagos que, aseguran los guías, son inofensivos.

A la salida de la cueva

Metros más adelante se llega al final del túnel, donde los ríos salen a ver la luz, y también los visitantes. 

El paisaje sigue siendo sorprendente: grandes bloques de rocas y exuberante vegetación y como herencia de la cultura prehispánica se observan petroglifos (diseños simbólicos grabados sobre rocas) y arte rupestre milenario.

El camino de regreso se realiza también a caballo hasta un comedor donde espera un reparador buffet. Pero antes de comer se podrá disfrutar de un chapuzón en el río.

Cuevas Fun Fun es una muestra más de lo mucho que podemos hacer en nuestro viaje a Punta Cana. Más allá de las playas.

Isla Saona y Parque Nacional del Este

La Isla Saona está situada al sureste de la República Dominicana, en la provincia de La Romana, y forma parte del Parque Nacional del Este.

La isla alberga  más de 100 especies de aves, además de una rica fauna marina.

Por sus playas de arena fina y blanca y sus miles de cocoteros, es considerado uno de los lugares más bellos de toda la República Dominicana y es una de las excursiones más vendidas.

La excursión a Isla Saona se puede hacer en un catamarán o bien en lanchas rápidas, Una vez en la costa, se visita una localidad de pescadores llamada Mano Juan para luego disfrutar de la arena y el mar.

A la hora de la comida, en un restaurante cubierto con hojas de palmera, se sirve un almuerzo buffet (tienta la opción de spaghetti a la langosta).

Posteriormente se visitan los gigantescos manglares que separan Isla Saona de tierra firme. Los manglares son especies de bosques de plantas leñosas que se desarrollan en zonas tropicales protegidas del oleaje (lagunas, bahías, canales) donde se mezcla el agua dulce del río con la salada del mar.

El paseo continúa ahora hasta un banco de arena, el más grande de la zona, donde habitan numerosas especies marinas, entre ellas las estrellas de mar. 

Finalmente se visita “la piscina más grande del mundo” una zona de menos de un metro de profundidad y situada a 400 m de la costa en medio del mar.

Hay que tener en cuenta que la isla está alejada de Punta Cana por lo que la duración de esta excursión es aproximadamente 9 horas, desde que los turistas salen de su hotel.

Reserva y Parque ecológico ojos indígenas

El Parque y Reserva Ecológica Ojos Indígenas es un área protegida privada ubicada dentro de la urbanización de Punta Cana.

Esta reserva de más de 600 hectáreas, dedicada a la conservación, investigación científica y recreación, consiste en bosques subtropicales de tierra baja.

En su interior es posible ver doce lagunas de agua fresca, que los indios nativos llamaban “ojos” por su particular forma. Por esta razón, el parque y la reserva reciben el nombre de ojos indígenas. 

El paseo consiste en recorrer caminos bordeados de árboles y disfrutar de la hermosa vista que ofrecen las lagunas. En tres de ellas es posible nadar, aunque el agua es bastante fría. Quien se anime, podrá disfrutar del premio de un chapuzón en estas aguas transparentes con peces y tortugas.

Imprescindible llevar toallas, calzado cómodo para caminar y fundamentalmente repelente de insectos.

La excursión no es muy larga, así que es posible hacerla con niños.

En el Parque Ecológico se podrá visitar una granja de mascotas típicas de la República Dominicana, una exposición de caña de azúcar y un hábitat de iguanas entre otras atracciones.

Además de recorrer sus senderos se puede pasear en catamarán por la costa, o dar un paseo por la orilla a caballo, ya que el Parque también tiene acceso al Mar Caribe.

Hoyo Azul

Dentro de Cap Cana, un millonario desarrollo turístico en el este de la República Dominicana hay una cueva que esconde un espejo de agua tan fría como maravillosa. Esta formación es conocida como el Hoyo Azul.

Para visitarlo, se puede hacer una excursión con la compañía de guías. A medida que se avanza por los senderos, los guías describen las distintas especies botánicas que se observan. Se continúa por una cueva en la cual se baja por un camino de piedras (indispensable llevar zapatillas o calzado cómodo) y luego por unas escaleras que llevan hasta una plataforma donde se tiene una panorámica del hoyo azul.

El hoyo se lo conoce como cenote, una palabra maya que significa pozo o abismo y resulta ser un depósito de agua dulce cristalina de característico color azul.

Este espejo de agua está al píe de un farallón enmarcado en un bosque con orquídeas, helechos y especies endémicas.

El lugar, si bien es pequeño, permite darse un chapuzón, sobre todo cuando se lo visita en grupos no muy numerosos.

Las horas de la mañana, hasta el mediodía resultan las mejores para realizar esta visita, ya que la luz del sol brinda la mejor iluminación.

Para tener en cuenta.

A nadar con delfines

En mi búsqueda sobre las alternativas que ofrece Punta Cana, más allá de la playa y fuera del all-inclusive, una de las cosas que más llamó mi atención fue nadar con delfines.

En Punta Cana encontré tres lugares en los que se puede realizar esta experiencia, ellos son Dolphin Island, Dolphin Explorer y Manatí Park. Las dos primeras ofrecen “Piletas en mar abierto”.

Existen otras opciones en Puerto Plata pero está bastante alejado de Punta Cana.

¿En qué consiste esta actividad? En pequeños grupos coordinados por un guía, te acercan a las “piletas en mar abierto” donde podrás tomar contacto directo con estos simpáticos animales y verlos realizar sus destrezas. La actividad es breve, pero sin dudas interesante para quienes se sienten atraídos por estos mamíferos.

Durante la actividad, los organizadores te toman fotografías junto a los delfines. Esto no es un tema menor y resulta una de las principales críticas de los visitantes. No te permiten usar tu propia cámara y te venden las fotografías a un precio muy alto. Esto lleva a que mucho se sientan “estafados”. Por eso es bueno saberlo de antemano y no salir defraudado.

Puede no resultar recomendable para niños pequeños, ya que al tener que cuidarlos todo el tiempo, no lograrás disfrutar a pleno de la experiencia.

Más genuina

Sin dudas los lujosos hoteles de las grandes cadenas internacionales son un atractivo deslumbrante. Gracias al sinnúmero de actividades que ofrecen, uno podría pasar todas sus vacaciones sin salir del complejo.

Sin embargo no significaría haber conocido la Republica Dominicana. Me refiero a conocer la vida y cultura de los pobladores locales y disfrutar de un paisaje que poco tiene que ver con la playa y el mar.

Casi todos los planes de viaje se inician en Google y este no fue la excepción. El buscador me llevó a Outback Safari Adventure. Esta empresa realiza excursiones en las que se puede visitar poblaciones locales para conocer sus costumbres y estar en contacto con la otra naturaleza, muy diferente a la arena y el mar.

Mi mente prejuiciosa pensó que siendo esta una actividad netamente turistica, (con guía y bebidas free) sin dudas tendría algo de comercial y lo que vería no sería del todo “genuino”. De todos modos creí que valdría la pena.

La propuesta incluye 

Visitar, en una casa típica, a una familia dominicana, y compartir con ellos una copa de café recién hecho.

Caminar a través de plantaciones de cacao y de café y comprar productos locales como el ron, cigarros o café (todo a los precios locales, valga la aclaración)

Después de un almuerzo casero en un rancho de campo, la jornada sigue con la visita a plantaciones de fruta y de caña de azúcar

Y luego de ver animales nativos como los cocodrilos, iguanas y tortugas, terminamos la jornada en una playa aislada con la posibilidad de practicar bodyboarding.

Una propuesta interesante para conocer una República Dominicana más genuina, distinta a la de los all-inclusive.

Más allá de las playas

República Dominicana se asocia con arena, mar, sol, relax, aventura. Y con 160 kilómetros de las mejores playas del mundo, bañadas por turquesas aguas y bordeadas de una franja de palmeras, Punta Cana es el destino más espléndido y popular de República Dominicana.

Por eso, cada año se incrementa el número de turistas que la eligen para disfrutar sus vacaciones.

A ello contribuyen sin dudas las principales cadenas internacionales de hoteles que ofrecen una modalidad de alojamiento all-inclusive. Pagás una tarifa fija y no haces gastos extras. Los desayunos, almuerzos y cenas están incluidos en el precio así como también las bebidas y actividades. Solo hay que comer y disfrutar.

Pero ese dolce far niente, no me resultaba del todo atractivo. Al menos no para pasar todos los días de mis vacaciones. Así que decidí averiguar que otras actividades ofrecen Punta Cana y sus alrededores que no tengan que ver con quedarse tirado en la arena bajo el sol y con la vista perdida en el mar.

Para mi sorpresa encontré que las opciones son múltiples y en distintas entradas las iré compartiendo en este blog.